En Barranquilla la muerte tiene los zapatos de Carlos Polo y los arroyos recitan un poema con sus dientes. Y Carlos toma cerveza sucia en La Vía 40, ignora que lo he visto morir en esta lluvia que huele a pescado mientras su voz partida grita en la tormenta.
Carlos escucha esa multitud sin nombre que busca su escapulario para morir con un lápiz sin punta en la garganta
Gonzalo Alvarino
Carlos escucha esa multitud sin nombre que busca su escapulario para morir con un lápiz sin punta en la garganta
Gonzalo Alvarino
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