Descansa, vuela, emprende la fuga
y deja atrás estas crueles ciudades de las furias. Escapa por el borde da la
cornisa y vuela como esos prófugos de tus desteñidas canciones acurrucadas
entre la enmohecidas cintas de los viejos Sankey. Vuela entre esas carreteras
sin sentido y enseña tus alas entre los cables de esa susceptible Buenos Aires
donde nadie sabe de ti y al fin de cuentas eres ya parte de todos. Elévate con
la guitarra terciada y al amanecer duerme arropado entre las alas de un ángel
eléctrico.
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