1958-2016 |
Una lluvia
púrpura, cadenciosa y triste cae del cielo roto de Minnesota y las lágrimas de
los diamantes y las perlas se han empañado con el exótico canto de una guitarra
abandonada que llora en un rincón de un cuarto oscuro en una huérfana mansión
en Minneapolis, mientras el príncipe satinado de ojos soñadores, desde otra
parte, colorea con su voz melancólica la imperfecta hora de los bares,
acompañando el terco blues de los dipsómanos...
Prince - Purple Rain
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